¿Cuál es la receta para un pollo asado con hierbas provenzales y piel crocante?

El pollo asado es un clásico inigualable de la cocina. Rico, nutritivo y versátil, es un plato que raramente deja a alguien indiferente. No obstante, un buen pollo asado no se logra solo con meterlo en el horno. Se necesita una receta precisa y cuidada para conseguir esa piel crocante y el sabor que nos hace querer repetir una y otra vez. Aquí te presentamos la guía paso a paso para lograrlo, con el toque especial de las hierbas provenzales.

Preparando el pollo para el horno

Antes de comenzar, es esencial precalentar el horno a 190 grados. De esta manera, cuando introduzcamos nuestro pollo, la temperatura será la adecuada y comenzará a cocinarse de manera uniforme.

El siguiente paso es preparar el pollo. Para ello, es esencial lavarlo y secarlo muy bien. La piel del pollo debe estar seca para conseguir ese efecto crujiente que tanto buscamos. Posteriormente, se debe untar el pollo con aceite de oliva virgen extra. Este paso es crucial, ya que el aceite ayuda a que las hierbas y los condimentos que utilizaremos se adhieran al pollo.

Seguidamente, preparamos la mezcla de hierbas provenzales que vamos a usar para macerar nuestro pollo. Las hierbas provenzales son una mezcla de diferentes hierbas, normalmente tomillo, orégano, romero, albahaca, marjoram y lavanda. Si te es difícil encontrar esta mezcla, puedes hacer tu propio mix con las hierbas que más te gusten.

La receta de asado especial

Una vez tenemos nuestro pollo preparado y nuestro horno precalentado, es hora de preparar nuestro asado especial. Para ello, vamos a mezclar el aceite de oliva con las hierbas provenzales, sal y pimienta. Esta mezcla la vamos a untar por todo el pollo, tanto por fuera como por dentro. Es importante que quede bien impregnado para que las hierbas desprendan todo su sabor durante el asado.

Luego, introducimos el pollo en el horno y lo dejamos asar durante 1h 30min, aunque este tiempo puede variar dependiendo del tamaño del pollo. Es recomendable ir revisándolo y, si es necesario, regarlo con su propio jugo para que no se seque.

Las patatas, el complemento perfecto

Un buen pollo asado suele ir acompañado de unas deliciosas patatas. Para nuestra receta, vamos a hacer unas patatas al horno. Primero, las pelamos y las cortamos en rodajas de alrededor de 1 centímetro. Después, las colocamos en una bandeja para horno, las salpimentamos y las regamos con un poco de aceite de oliva. Añade también un poco de las hierbas provenzales para que tengan el mismo toque de sabor que el pollo.

Las patatas deben hornearse durante unos 40 minutos o hasta que estén doradas y crujientes. Para obtener un mejor resultado, es recomendable voltearlas a la mitad del tiempo de cocción.

La alternativa: pollo asado en freidora

Si no dispones de horno o prefieres una opción más rápida, puedes preparar el pollo asado en freidora. Existen multitud de recetas para preparar pollo en freidora, pero te recomendamos seguir los mismos pasos de preparación que hemos indicado anteriormente.

El tiempo de cocción en la freidora es menor, alrededor de 30 minutos, aunque también depende del tamaño del pollo. Además, la freidora permite obtener una piel más crujiente y dorada.

El toque secreto: el reposo

Un aspecto que a menudo pasamos por alto a la hora de cocinar pollo asado es el reposo. Una vez sacamos el pollo del horno o de la freidora, es importante dejarlo reposar durante unos 10 minutos antes de cortarlo y servirlo. Esto permite que los jugos se redistribuyan y la carne quede más jugosa.

En definitiva, conseguir un pollo asado con piel crujiente y sabor a hierbas provenzales no es tarea difícil si se siguen los pasos adecuados. Ya sea en horno o en freidora, el resultado será un plato delicioso que seguro impresionará a tus comensales. Eso sí, no olvides acompañarlo con unas ricas patatas al horno y disfrutarlo en buena compañía.

Maridaje perfecto para el pollo asado

Al igual que con cualquier otra preparación, el pollo asado con hierbas provenzales y piel crujiente puede ser mejorado con un buen maridaje. Ahora bien, ¿cuál es la bebida perfecta para acompañar nuestro delicioso pollo? La respuesta puede variar dependiendo de tus preferencias personales, pero hay unas cuantas opciones que usualmente son un acierto seguro.

Si eres amante del vino, un buen chardonnay puede ser el acompañante ideal. Este vino blanco, con su sabor suave y afrutado, contrasta de forma excelente con el sabor intenso y ahumado del pollo asado. Además, el toque de hierbas provenzales se complementa perfectamente con las notas de manzana y pera que suelen estar presentes en estos vinos.

Por otro lado, si prefieres la cerveza, una cerveza rubia ligera puede ser la elección perfecta. Su sabor suave y refrescante puede ayudar a limpiar el paladar, permitiéndonos disfrutar aún más del sabor del pollo y las patatas al horno.

Finalmente, si prefieres una opción sin alcohol, un buen té helado de limón o una limonada casera también pueden ser excelentes elecciones. Ambas bebidas tienen un sabor refrescante y ligeramente ácido que contrasta muy bien con el sabor del pollo asado.

Salvando sobras: Ideas para reutilizar el pollo asado

Uno de los grandes beneficios de preparar un pollo entero al horno es que, a menudo, sobra una buena cantidad de pollo. A diferencia de otras preparaciones, el pollo asado se conserva muy bien y puede ser reutilizado en una multitud de platos deliciosos.

Una opción muy simple y rápida es usar el pollo sobrante para preparar unas deliciosas ensaladas. Simplemente desmenuza el pollo, añade tus hojas verdes favoritas, un poco de aceite de oliva, sal, pimienta negra y, si te gusta, un poco de zumo de limón. También puedes añadir otros ingredientes como tomate, pepino, aceitunas o incluso queso feta.

Otra opción es usar el pollo para preparar unas ricas quesadillas o tacos. Solo necesitas unas tortillas de maíz, un poco de queso rallado y tus vegetales favoritos. Calienta las tortillas en una sartén, añade el pollo y los demás ingredientes y dobla la tortilla por la mitad. Cocina a fuego medio hasta que el queso se derrita.

Conclusión

En definitiva, el pollo asado con hierbas provenzales y piel crujiente es una receta clásica que, con un poco de cuidado y dedicación, puede convertirse en un plato estrella. Ya sea para una cena especial o para disfrutar en familia durante el fin de semana, este pollo le dará un toque de sofisticación a tu mesa. Y recuerda, si sobra algo, tienes un montón de opciones para reutilizarlo y seguir disfrutando de su delicioso sabor. Solo queda decir, ¡buen provecho!

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